La Leucemia Mieloide Crónica (LMC) es una enfermedad mieloproliferativa crónica que surge de la translocación recíproca entre los cromosomas 9 y 22 (cromosoma Philadelphia «Ph»), el gen de fusión resultante BCR/ABL desregula la actividad quinasa intracelular y permite el desarrollo de la enfermedad en 3 fases conocidas
como fase crónica, acelerada o crisis blástica; cada una de ellas con características clínicas, patológicas y pronósticas bien definidas.
Con respecto a la leucemia mieloide crónica (LMC), BCR-ABL1 +, la mayoría de los casos de LMC en fase crónica se pueden diagnosticar a partir de los hallazgos en sangre periférica (SP) combinados con la detección de t (9; 22) (q34.1; q11.2) o, más específicamente, BCR-ABL1 mediante técnicas de genética molecular. Sin embargo, un aspirado de médula ósea (MO) es esencial para asegurar suficiente material para un cariotipo completo y para la evaluación morfológica para confirmar la fase de la enfermedad. En la era de la terapia con inhibidores de tirosina quinasa (ITQ), los pacientes recién diagnosticados pueden tener una esperanza de vida casi normal, pero el monitoreo regular de la carga de BCR-ABL1 y la evidencia de evolución genética y desarrollo de resistencia a la terapia con ITQ es esencial para detectar la progresión de la enfermedad. Aunque la fase acelerada (FA) de la LMC se está volviendo menos común en la era de la terapia con ITQ, no existen criterios universalmente aceptados para su definición. Los criterios para la FA en la clasificación revisada de la OMS incluyen parámetros hematológicos, morfológicos y citogenéticos que se complementan con parámetros adicionales generalmente atribuidos a la evolución genética y que se manifiestan por evidencia de resistencia a los inhibidores de la tirosina quinasa. Estos últimos criterios de «respuesta a la terapia con ITQ» para FA se consideran «provisionales» hasta que se respalden con datos adicionales. El diagnóstico de la fase blástica (FB) aún requiere al menos un 20% de blastos en la sangre o la MO o la presencia de una acumulación extramedular de blastos. Sin embargo, debido a que el inicio de la FA linfoide puede ser bastante repentino, la detección de cualquier linfoblasto genuino en la sangre o la médula ósea debe generar preocupación por una posible FA linfoide inminente, y debe impulsar estudios genéticos y de laboratorio adicionales para excluir esta posibilidad.
Criterios para CML, fase acelerada
Cualquiera de 1 o más de los siguientes criterios hematológicos/citogenéticos o criterios de respuesta al inhibidor de la tirosina quinasa (ITQ):
- RGB persistente o en aumento (> 10 x 109/L), no responde al tratamiento
- Esplenomegalia persistente o creciente, que no responde al tratamiento
- Trombocitosis persistente (> 1000 x 109/L), que no responde al tratamiento
- Trombocitopenia persistente (<100 x 109/L) no relacionada con el tratamiento
- 20% o más basófilos en SP
- 10% -19% blastos † en SP y/o MO
- Anomalías cromosómicas clonales adicionales en las células Ph + en el momento del diagnóstico que incluyen anomalías en la «ruta principal» (segundo Ph, trisomía 8, isocromosoma 17q, trisomía 19), cariotipo complejo o anomalías de 3q26.2
- Cualquier nueva anomalía cromosómica clonal en las células Ph + que se produzca durante la terapia.
Criterios de respuesta «provisional» a los ITQ
- Resistencia hematológica al primer ITQ (o incapacidad para lograr una respuesta hematológica completa* al primer ITQ) o
- Cualquier indicación hematológica, citogenética o molecular de resistencia a 2 inhibidores de la tirosina quinasa secuenciales o
- Aparición de 2 o más mutaciones en BCR-ABL1 durante la terapia con ITQ
Los grupos grandes de megacariocitos anormales pequeños, asociados con reticulina marcada o fibrosis de colágeno en muestras de biopsia, pueden considerarse como evidencia presuntiva de FA, aunque estos hallazgos generalmente se asocian con uno o más de los criterios enumerados anteriormente.
* Respuesta hematológica completa: Recuento de glóbulos blancos (RGB), <10 x 109/L; recuento de plaquetas, <450 x 109/L, sin granulocitos inmaduros en el diferencial y bazo no palpable.
† El hallazgo de linfoblastos genuinos en la sangre o la médula ósea, incluso si es <10%, debe generar preocupación de que la transformación linfoblástica pueda ser inminente y justifique una mayor investigación clínica y genética; 20% o más de blastos en sangre o MO, o una proliferación infiltrativa de blastos en un sitio extramedular es LMC, fase blástica.
Bibliografía:
- Arber DA, Orazi A, Hasserjian R, Thiele J, Borowitz MJ, Le Beau MM, Bloomfield CD, Cazzola M, Vardiman JW. The 2016 revision to the World Health Organization classification of myeloid neoplasms and acute leukemia. Blood. 2016 May 19;127(20):2391-405. [Medline]
- Morita K, Sasaki K. Current status and novel strategy of CML. Int J Hematol. 2021 Mar 29. [Medline]
Creado Abr 15, 2021