El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición (DSM-5), proporciona criterios para el diagnóstico del trastorno por consumo de tabaco, que se incluye en la categoría de trastornos adictivos y relacionados con sustancias.
El DSM-5 describe los siguientes criterios para diagnosticar el trastorno por consumo de tabaco:
Un patrón problemático de consumo de tabaco que conduce a un deterioro o malestar clínicamente significativo, manifestado por al menos dos de los siguientes, que ocurren dentro de un período de 12 meses:
- El tabaco suele consumirse en cantidades mayores o durante un período más prolongado del previsto.
- Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos para reducir o controlar el consumo de tabaco.
- Se dedica una gran cantidad de tiempo a actividades necesarias para obtener, consumir o recuperarse de los efectos del tabaco.
- Ansia, o un fuerte deseo o necesidad de consumir tabaco.
- Consumo recurrente de tabaco que resulta en el incumplimiento de obligaciones importantes en el trabajo, la escuela o el hogar.
- Consumo continuado de tabaco a pesar de tener problemas sociales o interpersonales persistentes o recurrentes causados o exacerbados por los efectos del tabaco.
- Se abandonan o reducen importantes actividades sociales, ocupacionales o recreativas debido al consumo de tabaco.
- Consumo recurrente de tabaco en situaciones en las que resulta físicamente peligroso.
- El consumo de tabaco continúa a pesar de saber que se tiene un problema físico o psicológico persistente o recurrente que probablemente haya sido causado o exacerbado por el tabaco.
- Tolerancia, definida por la necesidad de cantidades notablemente mayores de tabaco para lograr la intoxicación o el efecto deseado o un efecto notablemente disminuido con el uso continuo de la misma cantidad de tabaco.
- Abstinencia, manifestada por el síndrome de abstinencia característico del tabaco o por el uso de tabaco (o una sustancia estrechamente relacionada) para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.
La gravedad del trastorno por consumo de tabaco se puede clasificar como leve, moderada o grave según la cantidad de criterios que se cumplan. Es importante señalar que el diagnóstico debe ser realizado por un profesional sanitario cualificado, como un psiquiatra o psicólogo, tras una valoración exhaustiva. El tratamiento del trastorno por consumo de tabaco a menudo implica una combinación de terapias conductuales, intervenciones farmacológicas y servicios de apoyo.
Bibliografía:
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Creado Oct 27, 2023.